Tu empírica existencia...

El lento trasncurso de la tarde aturde mis sentidos... haciendo espesos mis párpados y cargantes mis hombros.
Pienso en ti cada cierto tiempo, muy sistemático, predeterminado. Últimamente apareces mucho en mis sueños... como si fuera la continuación de todos los días... conversaciones, atención, silencios y soledad en los que tú estás presente sin estar... simplemente saber que existes y que te pienso a todas horas es suficiente para convertir mis minutos en auténticas eternidades.
Eternos infiernos sin el roce de tus dedos... aun estoy esperanod a ser el bajo que las yemas de tus dedos van a tocar con delicioso ritmo de blues.
Tú lo dijiste, y no pareció nada complicado, pero amor... yo también pienso que lo mejor del día eres tú.
Porque estoy convencida de tu idílica existencia. De la grandeza de tu platónico amor hacia mí.
Da igual lo lúgubre que sea todo durante mis noches... no importa lo trsite que sea mi alma y lo consumida que esté mi autoestima... sé que tú vas a estar ahí cuando menos me lo espere, y volveré a ser; aunque sea sin ti entre mis brazos.
No hay un rincón especial... quedan pendiente miles de huecos que memorizar en tu cuerpo... aun no sé cual será la esencia que haga estremcer mis sentidos en tu nuca.
No sé ni siquiera cuando voy a dejar de tener los ojos rojos de pura fuerza de aguantar las lágrimas...
Mi casa aun es puro hielo y virgen oscuridad.
Pero nada me hará negar que tú formas parte de algo mucho más grande y verdício que mi imaginación.