Demente crónica y de mente oscura. Mecida cariñosamente por el balanceo de un sueño inacabado.



Bienvenidos.

Incluso a mí hay veces que me asusta lo mutante que puedo llegar a ser. Hipócrita, nómada, engañosa y hasta puede que un poco serpiente... pero chicos, es lo que hay. Leed si gustais, disfrutad si cabe...



miércoles, 13 de abril de 2011

Al señor A.

Algo me cautivaba al entrar en su territorio... un aura infernal, una mórbida lascivia. Cuando comenzaba a escucharle desde las sombras, no encontraba el modo de desviar la atención. Sentía como mis bragas se iban humedeciendo al avance de sus discursos.
Él nunca se percata de mi existencia... sigue haciendo lo de siempre, aunque sólo pueda intuirlo. Me divierte pensar en el tipo de antro en el que desarrolla tan llamativa cualidad.
Seguramente se ayude de la confusión del humo de un cigarro y la oscuridad del inicio de la madrugada para sonreír irónicamente, pensando en su evidente superioridad sobre las demás escorias mortales...
Imagino su cara mientras llega al zénit de su erección, con toda clase de frases morbosas en su brillante mente. Su mente... tan expuesta, tan apetecible, tan suculenta... Una mente que muestra una parte brutalmente cierta con respecto a la realidad, y otra somniolenta, en la que la vida es compuesta por conceptos cósmicos y vírgenes: Sexo inteligente, ideología podridamente objetiva, estados de ánimo de ultratumba... Sólo de pensarlo, me incita a un sexo tántrico desesperado.
En un efímero suspiro, mi anhedonia se torna asfixiante excitación. La sola colocación de sus palabras me producía admiración; y el contenido de éstas pura fascinación. Comencé a notar como sus palabras provocaban en mí la misma excitación que experimento cuando escucho, fumada y colocada, a Marilyn Manson, Nirvana o Extremoduro.
Sintiendo cada palabra suya como mía propia, volví a disfrutar de la perversión de mi cerebro y la lectura de los poemas más tórridos que conozco. Pensando en la existencia de una mente semejante, mi espontaneidad renació como innata e inmortal... permitiéndome masturbaciones placenteras, en vez de deseperadas. La vida dio un giro en mi lúgubre rutina. Pasé de sólo describir el mar los lunes y miércoles por la mañana, a filosofar y desvariar sobre el amor y el sexo. Conceptos yuxtapuestos en mi cosmovisión, y a la vez totalmente independientes.
Empecé siendo como una rata que se cuela por las rendijas de una casa, y sin consciencia escucha a una pareja de hipócritas novios echar un polvo... y ahora me siento como un ladrón de intimidad y deseo... Un parásito que se alimenta de la lujuria ajena. Una lujuria ajena de alta calidad.

2 comentarios:

Advenedizo. dijo...

Tiene buena pinta el tal A., claro que de gente así uno nunca puede fiarse. Son advenedizos por definición!

;)

Munani dijo...

A mi Marilyn Manson no me excita nadita, al contrario me da miedo jajaja. Me has hecho buscar sobre el sexo tántrico, curiosamente espiritual, pero complicado para mi gusto :)

Saludos!