Lánguida, perezosa, triste y gris. Es la historia de mi existencia.
Ver borroso, sentir a fuego, perder catastróficamente.... Perder únicamente yo.
Ahora entiendo aquel antiguo poema:
"El arte de perder no es difícil de aprender".
Y al perder... mi blando refugio se torna asfixiante y gélido. Burlón y traidor.
A veces desgarraría mi piel y mi carne por acallar mis pensamientos.
Por borrar todo de mi cerebro. Por sentir paz interior...
Ya no recuerdo lo es que es sentirse cálido sin más.
Hace ya mucho que estoy sola... sin que me abandones jamás por dentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario