Demente crónica y de mente oscura. Mecida cariñosamente por el balanceo de un sueño inacabado.



Bienvenidos.

Incluso a mí hay veces que me asusta lo mutante que puedo llegar a ser. Hipócrita, nómada, engañosa y hasta puede que un poco serpiente... pero chicos, es lo que hay. Leed si gustais, disfrutad si cabe...



miércoles, 11 de julio de 2012

Amor, sin más.

Era tan similar a la liberación de un alma... era una intranquilidad nerviosa y artística. Viendo lienzos y colores por todas partes. Sintiendo la energía filosófica del cosmos en mi sien... podía notar por las huellas dactilares de los dedos de mi mano como fluía esa necesidad innata de refugiar mi angustia en sentimientos plasmados. Plasmados y organizados de la mentalidad oscura de una luna oculta y resbaladiza. Lánguida y traicionara.
Como yo.
Como ella.
Como él...
Como todos.

Sin darme cuenta desarrollaba libremente la capacidad de expresar ideas, pero de una manera furtiva aprendí a controlar esa parte que me hacía débil y dependiente del cariño de otros. Reprimía mis emociones por el simple hecho de temer las emociones de otros al descubrir las mías.
Eso es peligroso... nunca sabes de qué será capaz alguien que tiene motivos para ocultar sentimientos sinceros y poderosos.

Basta de introspección; conozco mis defectos, mis debilidades y mis miedos.
Quiero dedicarme a ti. O a ella. O a mis pequeñas partes del pack...

Podría tumbarme durante horas y acariciarte. Todo eso que tengo asimilado en las palmas de mis manos: el grosor de tu pelo, la firmeza de tu pómulo, la suavidad de tus cejas... podría mirar sin descanso lo graciosas que son tus pestañas, y decirte sin usar palabras que amo todo lo que eres. Y aquello que encierras tras tus valores y errores, dedicarles una sonrisa cada mañana que despierte a tu lado. Cada día más de amargura o miedo... cada hora menos sin ti. Da igual. Amarte... a ti, enteramente, sin más; sin medida.

Apuesto a que no sabrás saltar de párrafo sin seguir pensando en él... pero yo soy así. En mi interior caben tantas personalidades estupendas y fáciles de querer... como por ejemplo esa muñequita de sonrisa pintada en la cara. Ella es meticulosa, cuidadosa y se oculta del mundo tras una fachada de miradas parcialmente sinceras. Ahora puedo mirar sus ojos y ver la decepción que me causa que no me cuente todo como lo siente, y sí me relate lo que aparentemente ve. Pero aún así, en ese gran abismo, puedo solapar gran parte de la oscuridad que me corrompe a mí. Y así seguir siendo capaz de amarla como hasta ahora, y como de aquí en adelante.

Una cereza madurando día a día. Preciosa. Rojo pasión. Jugosa y tierna por dentro, con ese hueso duro e impenetrable en el centro de su pecho... ojalá todos vieran la dulzura de su mundo interior, y desearan abrazarla tanto como lo deseo yo cada día que pasa.
Un cervatillo malherido. Siempre engañando al cazador y domando el pasto que sucumbe a su carrera. Cervatillo libre y silencioso... ella lleva en su esencia la devastadora opresión de un sistema correcto, pero no propio y personal.
Una silenciosa nota en una canción pegadiza. Ella tan adhesiva como el pegamento y adictiva como la más dulce droga. Todo murmullo y silencio en un ser físico inesperado... aún me abruma el paso que lleva del silencio a la verdad de su melodía. Aún me conmueve su exposición al mundo real, al mismo tiempo que me sobrecoge la intensidad de sus principios algo cerrados.
Podría abrazarlas bajo el agua a todas sin cansarme...
Podría no elegirlas a ellas, ni a él... pero entonces, no sería ni la mitad de YO de lo que soy ahora.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermoso texto que no alcanzo del todo a comprender, pero en el que me he perdido irremediablemente un instante y he disfrutado. Bche, te haces mucho de rogar con tus publicaciones y me estoy quedando solo en los comentarios... No es algo que me importe demasiado, la soledad no me molesta, pero tengo miedo de que un día digas adiós sin despedirte y este iluso siga visitando tu Blog a la espera de nuevas maravillas. Un beso.

Munani dijo...

Cuando queremos afrontar las cosas de las cuales dependemos, terminamos estrellándonos con realidades como las que escribes.

Saludos!

Atlántida dijo...

¡Cuánto amor! ¡y de que tipos tan distinto! aunque a veces desearía de pensar solo para disfrutarlo.