Demente crónica y de mente oscura. Mecida cariñosamente por el balanceo de un sueño inacabado.



Bienvenidos.

Incluso a mí hay veces que me asusta lo mutante que puedo llegar a ser. Hipócrita, nómada, engañosa y hasta puede que un poco serpiente... pero chicos, es lo que hay. Leed si gustais, disfrutad si cabe...



lunes, 10 de enero de 2011

Una carta para ti, pero preferiría que no la leyeras...

Me abrumaba pensar en las palabras correctas que debía utilizar para describir semejante situación con sus sentmientos correspondientes.
Colapsaba mis neuronas tener que inventar la excusa poética que me llevara a declarar de manera sublime mi amor por ti.
Oh, por favor... ni siquiera me atrevo a decir esa palabra...
¿Tienes idea de cuánto tiempo llevo sin usarla?
Sobrecalienta mi cuerpo nada más de pensarlo... y no de gusto, sino de asco. Me da estupor y agonía imaginar tu cara escuchando semejante grupo de gilipolleces.
Ya no puedo volver a ser lo que era. Aquella trsite damisela en soledad y desamor por la indiferencia de un caballero.
¡Caballero, mis cojones! Me he hartado de toda esta situación. Estoy harta de pensarte, de seguirte, de ser cuidadosa y de quererte.
Me derretía de puros nervios al pensar la frase que debía explicar sin que quedara demasiado cargada o muy obscena, pero las cosas como son: tú me obsesionas y no hay espacio mortal en mi finito cuerpo donde guardar esta cargante sensación.
Quiero que te lleves tu chaqueta que huele a ti por todos lados, y que mis noches vuelvan a ser de sueños insípidos y sin argumento ninguno. Borra de nuestra historia esos abrazos mimosos, esos mordiscos pretenciosos y esos morreos tontos que han ido engordando el error estos últimos días...
O te vas todo tú, o te juro que te ato en cruz en mi armario para hacerte todo lo que mi imaginación ha reprimido todo este tiempo.
Ya que soy tan cobarde que ni me sale decirte que no a la cara, al menos me desahogo un poco, aunque sea en ninguna parte, y aunque mis juramentos queden reducidos a simples palabrejas.
Soy demasiado mayor para esta clase de tonterías... siento como si mi corazón, tuviera el triple de edad de la que realmente tiene, todo gracias a estos vaivenes indecisos, que al final, sólo quedan en recuerdos frustrados.
Tú eres uno de esos recuerdos frustrados...
¿Vas a venir aquí un par de días y vas a volver todo mi sistema nervioso del revés? El mismo que ya revolucionaste una vez con tu sonrisa inocente, tus ojos achinados a causa de los porros y esa apariencia de chico alternativo y sexy... ¡Vete al infierno, nenito lindo!
Pero... bésame antes de irte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"y no hay espacio mortal en mi finito cuerpo donde guardar esta cargante sensación."
preciosa! :)