Explosión de vigor; juventud y capricho... pasión y deseo nostálgico, como siempre. Para siempre...
Siénteme.
Abrázame.
Bésame.
Abandóname...
Haz que duela, abre la herida y revive mi angustia. De nuevo. Realiza mi petición aunque luego sólo quede sufrimiento.
Vuelve a poner esa cara que haga que lo deje todo por sentarme en un rincón nocturno a tu lado. Da sentido al amor en mí.
Embriágame; alcoholízate.
Fuma las intranquilas horas; fúmame.
Que tiemblen mis temores; perviérteme.
Y contemplo pasiva y tiritando de frío como mi hombro se estremece ante tu mordico de serpiente. Mordiscos... te encantan.
Cuenta atrás. Tic-tac. El siempre visible reloj fundido en ese inagotable brillo de tus ojos.
Despedida; adiós.
Distancia; olvídame.
Tú te vas; tú me olvidas.
Yo me quedo; ilusa soñadora, siempre pendiente del recuerdo.
4 comentarios:
jaja, grandioso.
El recuerdo no es más que la importancia que cada uno le quiera dar. Sal de la mierda, cántale a la vida y goza lo que te queda por vivir. un beso perla!
Duelen las despedidas, pero en cambio seguimos recreándonos en ellas, en el sufrimiento, en ese dedo en la herida. Quizá nos hace sentirnos más vivos si cabe que la misma pasión.
Besos!
oleeeee!!! :)
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