Vale que digas algo para que...

"No es momento para distracciones" dije...
Y por sólo decirlo, viniste a debatir por dos horas algo totalmente trivial. Soltaste un montón de frases de doble sentido. Bromeaste con las palabras que me hacen flaquear. Me invitaste a tu sofá y a tus gustos.
Al final he acabado distraída, cogida y mermada mentalmente.
Hasta me cuesta pensar palabras que no me expongan ante nadie... ahora mis noches son distracciones enormes pensando en no decir la palabra que me exponga a ti.