Demente crónica y de mente oscura. Mecida cariñosamente por el balanceo de un sueño inacabado.



Bienvenidos.

Incluso a mí hay veces que me asusta lo mutante que puedo llegar a ser. Hipócrita, nómada, engañosa y hasta puede que un poco serpiente... pero chicos, es lo que hay. Leed si gustais, disfrutad si cabe...



martes, 29 de diciembre de 2009

Jodidamente confundida.

Echaba de menos el olor de su piel... la calidez de sus sábanas, y la protección de sus abrazos.
Fue una declaración digna del mejor de los caballeros... y el abandono más hábil de todos los trobadores de balcón.
Y ahí me quedé yo; triste damisela en agonía y desamor.
Aprendí a llevarme bien con la soledad y a convivir con la tristeza de un amorío perdido. Estaba encontrando un equilibrio tétrico y a duras penas cuerdo... pero era más que suficiente.
Anduvía yo por una calle tranquila, con calma, y entonando con mucha maña una canción que había oído en la radio escasas horas antes.
- ¿Alma? ¡Alma!
- Me erguí y mi canción mudó al instante. Y mis ojos, ardieron a juego con mis manos y pecho.
- ¡Dios! Estaba deseando verte de nuevo.
Aquel espectro al que había aprendido a dormir en el recuerdo me estaba estrechando en sus brazos...
Estaba en shok, anonadada. Con una mente que no paraba de formular preguntas, recuerdos, frases y luego... lagunas en blanco... ¡cuánta confusión!
Oía su voz parlotearme y gesticular palabras que no tenía ganas de escuchar... le corté tajantemente a mitad de su relato de muy mala hostia.
- ¡vaya! estás vivo...
- ¡A qué viene eso, Alma?
- No nada, spongo que declararte, ganarte mi jodido amor, echarme un polvo y desaparecer fue lo único que tenías en mente... Pero igual se te escapó que yo no querría ver tu cara de imbécil nunca más en mi vida.
- fuiste tú la que no paraba de decir "te odio" en todos los tonos y todas las veces posibles... me acobardé...
- Ya lo veo. Estúpido príncipe cobarde, embaucador y quejica...
- Mira quien habló... La perfecta histérica, cínica y tétrica mujer de corazón podrido.
- Te he olvidado.
- Y yo. Pero como no estés en una hora dentro de mi cama, Dios... voy a enloquecer.
- Es inútil que oponga resistencia, ¿verdad?
- Sí.
- Entonces ya volveré a maldecirnos de nuevo dentro de unas horas...

2 comentarios:

Étoile dijo...

Un reencuentro un poco ácido... y caliente. Es difícil resistirse a la pasión :)

Un beso :]

Favio dijo...

con ese tipo de encuientros cualquiera se confunde..
me gustó el texto


feliz año :)