Mi gemelo cósmico, mi amor.

Ahora me encuentro sumergida en un nuevo mundo.
Un mundo en el que tengo la opción de amarte de mil maneras nuevas; un mundo en el que te temo mil veces más.
Es un mundo en el que tu olor es mi oxígeno y tus labios mi alimento. Es ese mundo que siempre quise alcanzar; en el que vivía en sueños y moría en realidad.
Puede que siga soñando(te), no estoy segura. a veces no sé qué pensar sin mis flashes de realidad...
A lo mejor en un arrebato de dolor y locura puse fin y a mi desgracia y preferí hacer de mi sueño una realidad alternativa y peligrosa.
No todos los sueños se mantienen pacíficos.

Veo entre caricias y miradas de ensueño un atisbo de infierno en nuestras mentes.
En tu sonrisa a veces puedo ver reflejada la barrera que nos puede aniquilar. En mi respiración de vez en cuando se me escapa la ansiedad fruto de tus dudas y mi inseguridad.
Sé que este mundo puede prosperar y salir adelante; sé que tú vas a hacer de mi mundo un lugar habitable y armonioso... lo sé, porque yo creo en ti.

Por muchos demonios que despertemos, por muchos infiernos que pueda visualizar en nuestros gestos, por lejos que esté ese día... quiero que sepas que aunque yo siempre haya sido una persona débil y huídiza, voy a mantener el mundo que nuestras manos han creado al unirse.
Después de tocar fondo sólo se puede ir hacia arriba. Tú provocaste mi hundimiento; tú has sido arquitecto de mi renacer. Ahora sólo puedo luchar por subir a la conquista de nuestro mundo, pues... ya no tengo nada más que perder.

Ahora, he conseguido incluso cantar el final feliz 

de aquella canción que jamás pensé mía.