La fragilidad ha envuelto sin remedio alguno todas las fibras de mi ser. Ahora ya no tengo resistencia ni ganas de luchar. Me dedico a pasar los días disimulando el dolor que me corroe las entrañas, deseando que nadie me mire a los ojos y se de cuenta. Tengo miedo de romper a llorar si alguien ve la verdad de mi tormento...
Estoy resquebrajada y abandonada. Incomprendida y amputada en la parte intermedia de mi pecho.
No hay nada. No queda nada. Sólo la terrible carga sobre mi espalda de tu rechazo. Tu rechazo a todo este amor que tú no quieres y a mí me mata...
Al otro lado de la conciencia se esconde esa defensora del amor y el bien ajeno que me susurra cálidamente al oído que las cosas no se pueden forzar. Las cosas son o no son. La vida transcurre sin más... y si es necesario, sin ti.
4 comentarios:
Resquebrajada y abandonada puede, pero incomprendida... Seguro que hay muchos que te comprenden, al menos en el dolor. Besos Bche
La vida se impone o no se impone. Y tiene razón Lazaro, te comprendemos muhos, el amor es una enfermedad común.
Lázaro, Rebeca... gracias por vuestro apoyo :)
Bche, no hacen falta gracias... Tú anímate ¿vale?
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