Me regocijo en la nada de una ilusión. Vuelvo una y otra vez a escuchar esa canción ya creada para no caer en la tentación de decirlo con mi propia boca.
Quizá si lo digo en voz alta, todas mis entrañas se desboquen y ya no haya vuelta atrás; quizá quede condenada al peso de mis propias emociones.
Recelosa, temerosa, desconfiada y demasiado expuesta... rehuyo de mi presente. El refugio tan seguro en el que cobijaba mis dudas ahora es un agujero negro de confusión, en el que ya no me siento ni segura ni tranquila. He tentado demasiado a la suerte, y me parece que me ha tocado perder.
Contengo, en mi cerebro casi muerto, el chillido distorsionado de esas palabras que nunca escucharé ni pronunciaré.
Ya está... me da miedo seguir...
3 comentarios:
Es muy valiente atreverse a decir que tienes miedo :)
Increíble, como siempre.
Nunca digas nunca...
Como dijo no se quien: "Cuando has tocado el fondo ya solo puedes ir hacia arriba..." Ha veces estas formulas mágicas en forma de frase hecha funcionan... no siempre, pero, a veces... Otro sistema, para soltar la mierda interna, es soltarla en forma de broma, que no se note la intención,esto es una terapia cojonuda y encima mejora tu humor. Otra también efectiva es escribir, pero bueno, eso tu ya lo haces... y muy bien ademas. Es un consejo del "neurótico enmascarado". Un beso.
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